Pasión, Disciplina y Dedicación. La cara de un reto
Dicen, los gurús, que el destino es un buen jugador de cartas y vio clara la mano en 1987, cuando marcó el destino de Felipe. Un niño que empezó a disfrutar de otros placeres de la vida, diferentes a la practica de un deporte de resistencia, como lo es el running.
El nombre de Felipe es de origen griego y significa “Amantes de los caballos”, en numerología Felipe es el #1.
¿Estos datos sirven o describen en algo nuestro personaje? Yo, que medio lo conozco podría atreverme a decir que sí, que con razón corre tanto este man, origen griego, lugar donde nació la maratón, “Amante de los Caballos”, el caballo corre como un berraco, y alcanza una velocidad máxima de 88 km/h, y además en numerología es el #1, Felipe Richard claramente es un Felipe.
Felipe Richard Londoño, es un ingeniero administrativo de 33 años, que fuera de trabajar y cumplir con su jornada laboral, es un corredor aficionado profesional, como los llamo yo, disciplinado, metódico, apasionado, dedicado y enfocado.
La historia de Felipe inspira y motiva a muchos corredores, fue una persona obesa en su infancia y adolescencia, que después de vivir en Estados Unidos encontró en el running una manera de disfrutar la vida y fijarse retos para sentirse vivo.
El punto de partida de Felipe fue la maratón de Lima en el año 2017, desde ahí comenzaron sus logros deportivos, luego vinieron las Majors, la clasificación a Boston y por último su PR en la Maratón de Berlín en 2019. Cuatro Majors y todas sub-3 horas, quien se imaginaría que Felipe tendría ese talento en su cabeza y en sus piernas, paso de ser obeso, a ser uno de los mejores corredores aficionados profesionales de la ciudad.
Felipe, ¿Por qué Letras corriendo? Le pregunte sorprendido, y ojo a la historia, todo fue una confusión de su coach Santiago Rodríguez.
Mientras los dos se fijaban objetivos para el primer semestre del 2021, Felipe manifestó: subir letras, a lo que le contesto su coach: ¿corriendo?, pero realmente lo que quiso decir Felipe era subir el Alto de Letras, pero en bicicleta, no corriendo, pero dada la confusión y sin temor alguno, dijo: listo, corriendo… Así nació este lindo reto.
Altimetría Alto de Letras, desde Mariquita
Llega el momento de entrenar, toca correr un fondo de 40 kilómetros en ascenso.
Es un sábado, uno cualquiera de cualquier semana, y son las cinco de la mañana. Amanece para Felipe y no se le ven ojeras, ni se le escucha ninguna queja. Tampoco hay tiempo para el desayuno: “hay algunos entrenamientos que corro en ayunas, solo me tomo unos electrolitos antes de salir”, aclara Felipe.
En el kilómetro 28, ya se empieza a fundir el motor, pero las buenas sensaciones del entrenamiento alimentan ese cansancio de una sesión que va a durar por lo menos tres horas. Después de la sesión, de regreso a su casa, desayunará y después, se echará una siesta o tendrá una sesión de recuperación con sus botas de compresión. Por la tarde, compartirá en familia, saldrá a comer y por último a dormir, que mañana es otro día de candela.
A plena potencia y con las competiciones en el horizonte, Felipe acumula muchos kilómetros semanales, más los días de ‘gimnasio’ y ejercicios complementarios. Felipe tiene su planificación, aunque todo ha cambiado un poco los últimos meses. No hay mal que por bien no venga, y el 2020 siendo un año atípico con pandemia, no lo dejó correr la Maratón de Londres; pero volvió a lo básico en un deporte de resistencia: entrenar, superarse y disfrutar.
El miedo al fracaso impide a muchos corredores desarrollar todo su potencial. Pero no es el caso: “no tengo miedo de subir letras corriendo”. Forzando sus límites, Felipe demuestra que, con Pasión, disciplina y dedicación, no hay imposibles.
Este es el personaje, detrás del reto de subir letras corriendo.
Felipe Richard Londoño, una persona común y corriente, que tomo un día la decisión de correr y cumplir retos personales, que lo posicionaron como uno de los mejores corredores que conozco.
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Por: ORTEMAN10