Escalera al cielo
La historia de Tomás se cuenta por lo alto, tiene tonalidades azules y sueños tan infinitos como el cielo mismo.
Este relato, así suene un tanto extraño, comienza antes del principio. Antes de comenzar su vida ya volaba. Y no se escribe que volaba como una suerte de metáfora de la vida, su madre, una consumada pilota de parapente lo llevaba en el vientre mientras surcaba los aires. Desde la cuna, Tomás, más cerca de las estrellas que de la tierra, alzaba vuelo. No sería difícil, con esa herencia, anticipar cuál sería su gran pasión.
Tiene 17 años y cursa el grado décimo del colegio como cualquier terrenal. Sin embargo, los fines de semana, como pocos, carga sobre sus hombros la vela con que se lanza de cara al viento y suma kilómetros de atmósfera y paisajes majestuosos. Hace un año, tras acumular la experiencia necesaria, comenzó su carrera como piloto. Ya no vuela en alas de quien lo vio nacer, Tomás escribe a pulso su propio vuelo y ya compite por hacerse un lugar en la historia del parapente colombiano.
Tan grande es su pasión y disciplina que ya se ha fogueado con los mejores en competencias de larga distancia. Estos deportistas pueden pasar hasta 6 horas sorteando los peligros propios de las alturas y recibiendo la adrenalina que solo sienten quienes se atreven a llegar más lejos de lo imaginable. Para Tomás, pilotear es una especie de ritual de meditación, un momento para conectarse con el presente y buscar el caos que necesita su vela para cruzar la bóveda celeste con velocidad. Porque, como si se tratara de una buena metáfora sobre la vida, en esta práctica deportiva no le vienen mal al cielo algunas nubes y corrientes térmicas que desordenen un poco el ambiente para que todo salga perfecto. Aquí, ese caos, viene bien.
Y como su historia se escribe con prólogos de altura, está soñando en grande. Hoy, con la ayuda de amigos, está recogiendo los recursos necesarios para inscribirse y participar del Campeonato Copa Atmósfera 2021. Allí espera desplegar su talento como alas y seguir acumulando recuerdos que se remonten tan alto como aquellos que tiene en la memoria desde que daba sus primeros pasos, que en su caso, son pasos que da hacia el cielo.
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