Felipe y su definición de “Infinito”
Comencemos por el final. Felipe Richard Londoño subirá el Alto de Letras trotando. Así, sin mucho adorno resaltamos este reto que se dice fácil y se recorre largo. Estamos hablando de correr una distancia de más de 80 kilómetros comenzando a 460 metros sobre el nivel del mar y terminando en los 3800. Dicen las búsquedas virtuales que se trata de “la subida más larga del mundo”. Inicia en Tolima y finaliza en Caldas.
Es un puerto frecuentado por ciclistas que buscan a pedalazos ganarse una foto en las alturas al pie del letrero que avisa que se cumplió el reto. Felipe iba a ser uno más de los que van sobre las dos ruedas. Pero algún capricho del destino, una falla en la comunicación o una pulsión de su entrenador hizo que cambiara la disciplina con que afrontaría la cuesta. Le contó a su “coach” sobre su deseo de subir a la cima, pero olvidó decirle cómo. Así terminó montado en este reto que para los ciclistas es un disparate y para los runners un acto que puede acercarse a la demencia. Prueba de ello es que solo se tiene registro de una persona que ha completado este camino a zancadas. Así son las metas, los sueños. Tienen esa capacidad de transformarse en lugares que parecen inalcanzables.
Prueba de ello es que Letras no estaba en la mente de este atleta consumado, que pocos años atrás salió a correr para dejar atrás el sobre peso. Su primera meta solo fue el primer paso que lo condujo a participar en un sinnúmero de maratones que hoy hablan de una persona que pareciera que poco o nada tiene que ver con ese individuo que un día cualquier salió a la calle a luchar contra unos kilos de más. Así son los caminos de la vida.
La palabra que le da el título a este artículo parece referirse a algo que no tiene fin, interminable. Pero quienes practicamos algún deporte tenemos claro que el diccionario podría quedarse corto en su definición.
Infinita puede ser eso que los maratonistas llaman “la pared”. Esa sensación de agotamiento mental y físico que se asoma después del kilómetro 30 y que transforma los tramos restantes en un calvario. Esa misma pared que se nos plantea cada que vamos a aprender algo, que se nos hace difícil dar una brazada de más en el agua o un pedalazo extra sobre la bicicleta.
Acordemos entonces que, al menos en el contexto de la actividad física, esta es una palabra que tiene otro significado y que define bien a un deportista a quien dedicaremos líneas, fotos e imágenes durante los próximos días.
A la hora en que se escribió este artículo Felipe ya ha completó su plan de entrenamiento para llegar al calor de Mariquita e iniciar su marcha hacia la meta. En el camino ya subió, entre otros, a Palmas, a Minas y a Calderas. Dedicó horas a la banda de trote con la inclinación arriba, consumió sesiones largas de ciclismo para ganar fondo y ya tiene lista la indumentaria, las zapatillas, la alimentación y la mente para protagonizar esta historia.
Finalicemos con el principio: Felipe Richard Londoño subirá el Alto de Letras trotando, romperá esos infinitos 3187 metros de desnivel que espera recorrer en alrededor de 9 horas. Seguiremos informando.
Cristian Marín – Corriente Alterna.