Feliz día, bici

Feliz día, bici

En 2018 la ONU declaró el 3 de junio como el Día Mundial de la Bicicleta. Hoy rendimos un homenaje al “caballito de acero”, ese aparato precioso que nos conecta con el niño interior, con la fantasía de jugar a ser Rigo, Nairo o Egan y con un deporte que nos lleva a conocer paisajes, levantar el pulso y superar nuestros límites…

 Un francés, el que te inventó, te nombró velocípedo. Qué hermoso nombre para comenzar tu historia. Después con el tiempo te llamaron biciclo, después te conocieron como bicicleta y hoy con cariño te decimos “bici”, o “cicla”, o “burra”. Qué importa tu rótulo, con tus dos llantas anchas o angostas, altas o bajitas, lisas o arrugadas, finas o baratas, blancas o negras; te queremos mucho.

Te pareces mucho al comienzo y al final de la vida. Porque te conocimos, dando aún tumbos por la existencia, con el apoyo de una tercera rueda que nos ayudó a andar los primeros metros. Y nos despediremos de ti, dando aún tumbos por la existencia, con el apoyo de un bastón que, como la rueda aquella, nos llevará por los últimos metros del camino.

Así mismo te pareces al amor, con sus altas y bajas. Contigo conquistamos las alturas como se alcanza un primer beso: batiéndonos en las pendientes, seduciendo con paciencia, apretando el paso cuando corresponde y lanzando el ataque en el momento indicado. Así mismo, llegado a ese objetivo, nos enseñas que tras las metas muchas veces vienen las mieles de un buen paisaje, la calma de un recorrido plano y el alivio de darse cuenta que estaremos juntos por un buen rato, en una etapa larga.

Y bueno, no es porque te queramos mucho, pero te pareces mucho a vivir. Porque si nuestro paso por el mundo fuera un ascenso sobre ti, no todo es color de rosa. También sufrimos en el trayecto, nos toca ver que a otros quizás van con la ayuda de una cicla más liviana, se nos traba la cadena por momentos, nos has obligado a parar, nos botas a veces uno o tres cambios, nos desilusionas con un pinchazo y hay pendientes de las que nos queremos bajar.

Pero nos enseñas que, rápido o lento, todos vamos para el mismo puerto. Que no importa si es en bici todo-terreno o con marco de carbono, que lo que importa es pedalear, pedalear, pedalear y llegar a agradecerte por ser compañera de la batalla, aliada de la historia, meta y camino, protagonista de esa película en que nos metimos el día en que decidimos subirnos sobre ti, que qué importa que te llamen velocípedo, biciclo o bicicleta para nosotros siempre serás el amor con el que queremos estar hasta que las piernas y el corazón nos den.

 

Gracias, bici querida.

Cristian Marin - Corriente alterna